“Die meisten Menschen legen ihre Kindheit ab wie einen alten Hut.
Sie vergessen sie wie eine Telefonnummer, die nicht mehr gilt.
Früher waren sie Kinder,
dann wurden sie Erwachsene,
aber was sind sie nun?
Nur wer erwachsen wird und ein Kind bleibt, ist ein Mensch.”
Erich Kästner

Dienstag, 1. April 2014

Für diejenigen, die zeitgenössiche Kunst und Philosophie lieben. 

Im Folgenden, drei Auszüge aus dem essayistischem Reisebericht von Enrique Vila-Matas:

Kassel no invita a la lógica

  • [...] Muchas veces en la televisión me había intrigado un documental en color que repetían mucho en las televisiones, especialmente en la catalana, y en el que se veía a Hitler y su estado mayor tomando el sol en una terraza que era una especie de aparatoso mirador sobre los Alpes, en un lugar llamado Berghof. Había mujeres en la película, mujeres que posaban y reían, eso era lo que me había llamado siempre más la atención. Hitler, además, cogía la manita allí de unos niños y acariciaba perros. Era espectacularmente raro y siniestro todo en aquella terraza de los poderosos. [...] (2014:101)
  • Con la prisa que empezó a entrarme por ver si volvía a encontrar la Königsstraβe, pasé a toda velocidad por multitud de lugares de la ciudad, incluido el palacio de Bellevue, donde está el museo dedicado a los Grimm (orgullo de la ciudad, los dos hermanos escribieron en la vieja Kassel sus mejores cuentos) y también por los cines Bali, sin tan siquiera mirar la programación de éstos, aunque luego pude saber que el catalán Albert Serra proyectaba ahí por capítulos Los tres cerditos, film de ciento una horas de duración, cuyo título hacía referencia irónica a tres momentos de gran relevancia en la construcción de Europa, encarnados en las figuras de Johann Wolfgang von Goethe, Adolf Hitler y Rainer Werner Fassbinder. [...] (2014:157)
  • Me impresionó darme cuenta de que Pulgarcito (Daumesdick) era un cuento de hadas alemán escrito en Kassel por los hermanos Grimm, en una casa ya derruida que estaba a cuatro pasos de donde me encontraba en aquel momento. Pensé que podía decirse que, en vez de viajar a Kassel a la búsqueda del centro mismo del arte contemporáneo, había en realidad viajado a Kassel para encontrar el lugar exacto donde fue pensado y escrito el primer cuento que había oído en toda mi vida, el relato que fundó la serie de relatos que iría escuchando a lo largo de tantos años. (2014: 224)


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